jueves, 10 de octubre de 2013

Medicina Agrícola: "Seguridad para todos por igual"

Un participante esencial de la vida, del trabajo agrario y que está aumentando claramente su rol en la producción agropecuaria, es la mujer, quien además de las tradicionales responsabilidades de ser ama de casa y esposa, trabaja codo a codo con su marido en llevar adelante la explotación agropecuaria. Otras veces tiene también un trabajo fuera de la explotación familiar o directamente es la cabeza de la misma.
 
La producción agropecuaria es una de las pocas actividades que involucran a todos los integrantes de la familia."La salud es un tesoro, de más quilates que el oro"
La producción agropecuaria es una de las pocas actividades que involucran a todos los integrantes de la familia. La promoción de la salud y seguridad para todos ellos es fundamental.

Un participante esencial de la vida, del trabajo agrario y que está aumentando claramente su rol en la producción agropecuaria, es la mujer, quien además de las tradicionales responsabilidades de ser ama de casa y esposa, trabaja codo a codo con su marido en llevar adelante la explotación agropecuaria. Otras veces tiene también un trabajo fuera de la explotación familiar o directamente es la cabeza de la misma.
En el muy buen artículo de Florencia Castilla, titulado "Hacia el medio rural con una perspectiva de género", de la revista RIA (Revista de Investigaciones Agropecuarias) de Diciembre del 2012, se lee "las mujeres rurales desempeñan una función fundamental en la agricultura ya que en diferentes partes del mundo participan tanto en la producción de subsistencia (a través de estrategias como los cultivos en huertas familiares, recolección y procesamiento de alimentos), como en el comercio agrícola al formar parte de las diferentes etapas de la producción de alimentos a gran escala". Desde la FAO (Organización para la agricultura y la alimentación de la ONU) se estima que a nivel mundial las mujeres representan el 43% de la fuerza laboral agrícola en países desarrollados y el 20% en países subdesarrollados.
Aportando más datos, de una encuesta propia sobre 55 mujeres cooperativistas argentinas, el 84 % trabaja en distintas actividades rurales.
También podemos encontrar en gran número a las mujeres profesionales que participan en la producción agrícola y ganadera de nuestro país. Según el censo universitario de la UBA del año 2011, el 40% de los estudiantes de la carrera de ingeniería agronómica eran mujeres, mientras que el 70% lo era en la carrera de ciencias veterinarias.
Con distintas realidades, la mujer rural desarrolla tareas, que van desde las administrativas, hasta el manejo de maquinaria y animales y puede ser afectada por sus riesgos y peligros. Distintos factores psicosociales, económicos y físicos interactúan con ella en el ámbito rural.
Pero para la mujer, no solamente trabajar en la actividad rural tiene sus riesgos, también residir en al campo, comprende situaciones a tener en cuenta desde la esfera de su salud y seguridad. Según el Censo Nacional Agropecuario del año 2002, aproximadamente 528.000 mujeres residían en explotaciones agropecuarias. Casi 33.000 de ellas eran productoras agropecuarias y 160.000 menores de 14 años. Este último dato es de una trascendencia enorme para la medicina agrícola, por la gran frecuencia de accidentes que ocurren con menores en el campo.
Gracias a la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, podemos obtener información acerca de lo que sucede con las mujeres que se encuentran trabajando en empleos relacionados a la agricultura, cubiertos por el sistema de ART (Aseguradoras de Riesgo del Trabajo).
En nuestro país según el Informe Anual de Accidentabilidad Laboral del 2011 de la SRT (Superintendencia de Riesgos del Trabajo), las mujeres con accidentabilidad laboral más alta son las de Mendoza, Río Negro y Neuquén.
En las 3 provincias se destaca la accidentabilidad en agricultura: "cultivo de vid" y "cultivo de legumbres y oleaginosas" en Mendoza, y "cultivo de manzanas y peras" en Río Negro y Neuquén.
Por su parte, en Mendoza también se destaca la incidencia de AT/EP (accidentes de trabajo/enfermedades profesionales) en "Fabricación de vinos" y "Preparación de conservas de frutas, hortalizas"
En el otro extremo, pocas estadísticas oficiales existen acerca de las enfermedades y lesiones que sufre la mujer rural, que no tiene un trabajo formal registrado, es decir las productoras independientes, autónomas o residentes rurales. Diversos estudios dan cuenta que las causas más frecuentes de accidentes sufridos por las mujeres, tienen que ver con el manejo de animales, siendo los miembros inferiores los más afectados. Este trabajo con animales, puede a la vez generar enfermedades zoonóticas, accidentes durante la vacunación, con autoinoculación de medicamentos veterinarios, peligrosos para la salud de acuerdo al fármaco empleado. Los problemas articulares, sobre todo en aquellas personas que realizan tareas manuales, repetitivas y en posiciones incómodas, son comunes.
En las mayores de 60 años, las caídas, son la causa más importante de lesiones, mientras que los accidentes con tractores, son el motivo más frecuente de lesiones relacionadas con maquinaria, sin importar la edad.
Un aspecto muy estudiado por la medicina agrícola, es el alto nivel de estrés al que están expuestas. Esto se debería principalmente a la sumatoria de las responsabilidades y tareas que incluyen: a) la administración económica y familiar (cuidados de los hijos, esposo, etc.), b) el trabajo relacionado con la producción agropecuaria y c) el trabajo fuera de ella (cuando los ingresos de la explotación agropecuaria son insuficientes para la manutención familiar: por ser pequeña la superficie explotada, por las políticas gubernamentales, por condiciones climáticas o de mercado). El estrés genera un impacto negativo muy importante en la salud y de la mujer, sumado a que un individuo que trabaja estresado, tiene hasta 3 veces más probabilidades de sufrir un accidente laboral agropecuario. La depresión y el cansancio crónico son también consecuencia de este estado de estrés persistente.
Múltiples investigaciones, sugieren que si bien existen lesiones y problemas comunes de salud entre el hombre y la mujer agropecuaria, hay algunos propios de este último grupo.
Una situación a contemplar es cuando la mujer se encuentra en estado de gravidez, en un contexto donde muchas de los riesgos enumerados anteriormente pueden afectar el normal desarrollo de su embarazo. Los cuidados y medidas de seguridad hallan aquí el mayor de los desafíos y deben apuntar a proteger contra:
a) las enfermedades zoonóticas
b) los accidentes con maquinaria
c) la inhalación de polvos y humos
d) la contaminación con agroinsumos
e) la autoinoculación accidental de medicamentos veterinarios (antibióticos, hormonas o vacunas)
f) la exposición solar
g) las condiciones climáticas extremas (frío/calor)
h) el estrés
i) las vibraciones de cuerpo entero por manejo de maquinaria
j) los trabajos pesados y prolongados
k) otros
También se ha podido determinar que existe la necesidad de generar intervenciones específicas en situaciones de riesgo concretas para las mujeres.
Por ejemplo:
1) en la producción porcina, claramente se ha demostrado que las mujeres presentan mayor número de problemas en la extremidades superiores, dolor en dedos y muñecas, disminución de la fuerza, caída de objetos de las manos, etc. Por lo que es vital el trabajo ergonómico en esta área
2) también han ocurrido casos de escalpes (arrancamientos) de cuero cabelludo por tomas de fuerzas, donde se han enganchado las cabelleras o sus ropas holgadas (camisolas, pulóveres, etc.), que han alertado acerca de la necesidad de generar acciones tendientes a informar acerca de cómo evitar estos accidentes, surgiendo algunas recomendaciones como:
• no usar ropa holgada, ni joyas cerca de maquinaria agrícola en funcionamiento.
• recoger el cabello suelto o asegurarlo de otra manera (teniendo en cuenta que aun el cabello corto o recogido puede enredarse en un equipo que está en movimiento).
Para facilitar y lograr una mejor inserción, superación, desarrollo y desenvolvimiento de la mujer en el ámbito productivo agropecuario, se deben mejorar varios puntos. Importante es que el diseño y fabricación de maquinaria agrícola y herramientas contemple a la mujer como potencial usuario, brindándoles las mismas condiciones de seguridad y comodidad que a los hombres. Igual consideración con los elementos de protección personal.
Fundamental es escuchar lo que la mujer agraria, quiere decir, que necesita, que opina y cuáles son sus prioridades. Un dato muy interesante es que cuando se las consulta, acerca de que modificarían para mejorar la situación de la vida rural, en distintas partes del mundo, se escuchan opiniones comunes: resaltan la falta de conocimiento y entendimiento de la realidad productiva rural de los que arman las políticas del sector y de gran parte de la sociedad. También agregan la ausencia de profesionales de la salud en vastas regiones rurales del planeta.
La gran fortaleza que muestra la mujer por sus características intrínsecas, no es suficiente, para estar inmune a las eventuales patologías y lesiones que pueden originarse en la actividad agropecuaria. Por ello es fundamental la investigación y capacitación en prevención de enfermedades y accidentes. Estas actividades deben tener como foco específico a la mujer, es decir ser género sensible.
Las capacitaciones, actividades de extensión, promociones de empresas de agroinsumos, la formación profesional de grado y postgrado, deben también ser "amigables" con la mujer agropecuaria, usando metodologías y lenguajes apropiados y adaptados a sus necesidades y características.
Hay que destacar el gran trabajo que realizan los distintos grupos, movimientos y organizaciones por lograr condiciones de equidad de género en el medio rural, cuyas acciones alentamos y apoyamos desde la medicina agrícola.

Dr. Marcos Grigioni
Medicina Agrícola
mgrigioni-agromedicina@hotmail.com.ar
Cuenca Rural